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21 abril, 2014

EL BOSTEZO TARDÍO DE COLA ESTRECHA


El bostezo tardío de cola estrecha –del latín suspiratus finitae- podría eliminar todo un pelotón de soldados en menos de lo que dura la credibilidad de una excusa mal planteada. Según una la leyenda local, en el siglo pasado un batallón americano  se batía por la zona cuando se topó con la presencia de un macho adulto de bostezo tardío que los eliminó sin que pudieran llegar a verlo. De ahí, que el suceso no haya pasado de leyenda pese a la desaparición del batallón yankee.

En contraste con tales mitos, la comunidad científica coincide en definir a los bostezos tardíos de cola estrecha como seres mansos y ermitaños, mayoritariamente huidizos y, en su mayoría, proclives al desarrollo de desórdenes mentales de lo más variopinto propiciados, en gran medida, por ese mismo carácter antisocial. Su principal alimento es el zumo de traumas que al alba gotea de los techos y las vallas de los polígonos. También obtiene sustratos y minerales de las comisuras de los niños buenos y los gatos recién nacidos.

En un zoo de Tennessee, en el condado de Tennessee, conservan una fotografía de una cría de bostezo tardío que se escindió de si misma -para volver a unirse al rato- justo enfrente de la jaula de la jirafa.

Cuando sale el sol, el bostezo tardío de cola estrecha se refugia entre las notas de los acordeones agridulces que se arrastran por la garganta de los adultos sin llegar nunca a remontar la corriente faringítica hasta que al fin su anfitrión se va a dormir.

El saludo de cabeza del bostezo tardío ha sido traducido a más de 187 lenguas, siendo una de las especies amenazadas con más búsquedas en Amazon.

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