TRASLATE

Mostrando entradas con la etiqueta narrador. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta narrador. Mostrar todas las entradas

24 noviembre, 2016

PUES MIRE USTED

Mi Alfonso dice que me va a llevar a San Vicente con Mercedes y los niños, que allí se come de muerte por dos duros y que me van a sentar bien los baños en el mar. Que tengo cara de cansada últimamente y que si ya no salgo de casa. Yo le digo que es para mantener la piel blanca como la marquesa y que si tengo ojeras es porque me paso las noches pegada a la radio, como hacía padre. Él se ríe y suelta alguna coletilla para salir del paso. No le gusta que saque el tema, yo lo sé porque se le nota; aunque no lo dice se le ve en la frente y en los labios que no quiere hablar de ello, que no sabe.

La verdad es que yo no creo en Dios. Necesitaba contárselo a alguien pero no quiero que nadie en mi familia se entere. Pensé en ir a un psicólogo de esos pero al final me he atrevido a venir aquí, que es gratis. A estas alturas no quiero hacer más gasto del necesario. Espero tenga a bien que no vaya a dejar nada en el cepillo, sería hipócrita después de todo.

El caso es que ya ha insistido varias veces con el tema de la playa. Al principio yo pensé que lo decía por decir, para animarme, y no me costaba mucho esfuerzo seguirle la corriente. Pero ya no sé ni qué decir ni qué cara poner, el corazón se me parte en mil cachos. Si pudiera desaparecer sin más, borrarme de sus vidas y que todo siguiera igual... Hay que joderse... Perdón.

Disculpe, voy a sonarme...

Es que me da tanta rabia... Me quieren mucho, eso yo lo sé. El pequeño lleva un tiempo que no le da la gana de dormirse si no voy yo a cantarle, menudo genio tiene... El mayor es más tranquilo pero listo..., más listo que el hambre. Los dos me adoran, por eso en parte esta rabia de saber que no los voy a ver hacerse hombres.

Llevo tiempo preguntándome porqué me siento tan culpable sólo de pensarlo... Si fuera creyente... Y no es porque no me atreva, eso ya se lo digo.

Mire que otras veces lo pienso fríamente y lo veo claro. No queda otra solución. Esos tratamientos son carísimos, dicen que se te caen el pelo y hasta las uñas, que no te controlas y que -para más inri- parece ser dolorosísimo... Total, para acabar muriéndote de todas formas.

Yo jamás hubiera pensado que una cosa así pudiera darme a mí remordimientos. Con lo que yo he sido... Si alguien me lo hubiera dicho hace treinta años, le habría contestado bien clarito, sin vacilar. Que en mi vida mando yo, para bien o para mal, y sanseacabó.

El caso es que tengo que hacerlo, no tengo otra opción ni tampoco mucho más tiempo, pero no sé cómo. Por eso necesito que me ayude, para que mi familia no se entere y yo pueda irme tranquila, sin que sufran más de la cuenta. Entiendo que esto que le pido es para usted un pecado gravísimo pero entiéndame también usted a mí, le ruego que lo tome como mi última voluntad.


08 junio, 2014

ALBEDRÍO


Personajes de ficción se dan cita en un bar. Nadie sabe si es elipsis o escena pero están preparados por si acaso. Eva, su autora, no les da ni bola. Prefiere charlar con Sebas, que la observa desde el sillón de enfrente entre hondas caladas. Sebas es un autor de vocablos exóticos y expresiones certeras, pero tiene un problema. No consigue dar con un prota serio, que tenga lo que hace falta para dar voz a su genio. Hastiado, baraja retirarse a las novelas de autoayuda, sabedor de que éstas no las lee nadie. Allí –piensa– podría vivir tranquilo, huir de la presión.

Los personajes de Eva se arremolinan en torno a la barra, mezclándose con los protas descartados de Sebas, que fuman sin parar. Va formándose una pequeña multitud de relaciones no escritas que empiezan a irritar al camarero, que ve que se le acumula el trabajo. Personajes de toda índole piden rondas de chupitos como si no hubiera mañana, bebiendo más allá de lo escrito. “¿Cuánto vale un euro ficticio?” se pregunta el camarero.

Eva aprovecha para sentarse disimuladamente junto al pobre Sebas que, cansado de aspirantes, lo ha mandado definitivamente todo a la mierda. La literatura y el amor. Eva intenta animarle, hacerle saber que no siempre es fácil encontrar lo que se busca. Sebas perjura al cielo en nombre de la alta ficción, tiempos pasados siempre fueron mejores.

No hay protas perfectos, dice ella. Tú los tienes, dice él. Tómalos, son todos tuyos. No son míos, dice Sebas, son demasiado listos y también más guapos. Todos mis mejores personajes juntos no hacen un protagonista que sea capaz, de forma creíble, de acostarse con alguna de tus protas sin caer en el alcohol y sus clichés. Es desbordante, concluye triste.

Mira que eres tonto... dice Eva, lamentándose mientras se levanta. Cuando te canses, te espero en casa.

25 abril, 2014

MIERDA


Vaya mierda, Paco… Ya te puedes empezar a cuidar, ¿eh? Así no vamos a ningún lao… Venga beber to las noches pero es que ya ni te emborrachas. Valiente personaje… Y luego no eres capaz ni de improvisar un poco, no sé, buscarte la vida, colarte en alguna trama de intriga, buscar un papelito de secundario…

Yo sólo te digo que ya puedes espabilar, vamos, hacer algo que enganche al lector. Yo solo no puedo, ya te lo digo. Por más que distribuya comas por la frase, a ver si alguien se engancha, así no hacemos nada. Normal que los demás narradores se larguen. Mírate, si es que parece que te da igual…

Ye hincas la botella. inverosímil, digno de estudio. Ahora purito, pornete y punto pelota. Qué poca ambición, desde luego. Al final me lo acabas pegando, como siempre. De verdad que siento pena. To el día en chándal, los pelánganos de la nariz, mordisqueando el mando de la tele, ¿con la gorra del Madrid...? Pero Paco, si tú eres del Sevilla.

Ya podrías salir un poquito a la calle, ver mundo, que vas pegao a un bar desde que sales del curro. Date una vuelta, pipea un poco, fíjate en los demás, coño. El resto de personajes tiene su propia vida, sus matices, su arco de transformación… Esto es así, aquí el más tonto tiene su meta concreta, sus contradicciones, sus claroscuros. Algunos hacen deporte… Otros tienen trabajos estimulantes… O viven experiencias al límite. ¿Pero tú?

Y mira que tienes opciones, ¿eh? Que te podrías elegir -qué sé yo- un papelito corto, te instalas en un estereotipo resultón, así, viril, de los que a ti te gustan. Igual hasta meterte en alguna serie histórica de esas que dan ahora por la tele, a darte de espadazos a pecho descubierto. Eso se paga bien. Pero tú, qué va. Eres un cagón. Fútbol, motores y cubatas: sota, caballo y rey: Interviú, La Razón y Marca. Si por lo menos tuvieras el valor de reconocer cuando te engancha la epifanía… Y la afrontaras... Pero nada. Eres más duro que una piedra, eres débil. Cada mañana lo mismo y cada noche lo contrario.

Yo no sé, Paco… Quizá el problema no seas tú, sino yo. Puede que necesites otro narrador, esto ya no tiene ningún sentido. Yo lo he intentado pero... No puedo seguir así, tratando de cambiarte a ver si, así, algo cambia. Yo, de verdad...

En fin, como no dices nada… mejor me