Se nos va la raza,
no somos nada.
La fe se apaga.
Encendí la luz,
pero no entienden nada.
Se nos aplana el orgullo.
Nos botaron cual morralla,
calima de banlieue,
afiladas la lengua y la mirada
tras cada batalla.
Perdimos la guerra
y peleamos por nada.
Pienso, mi frente cruje,
hay caos y frías miradas,
polvo en el parqué.
Suena un réquiem
de tormentas,
de tormentas,
inmundo vals de armas,
egoísmos desenvainan,
viejos gordos mandan
rentables batallones
a matarse por nada.
Matarse
como hermanos.
Matarse
porque sí,
porque igual,
igual ganamos.
igual ganamos.
Ansiando, sometiendo
y demás vicios humanos.
La especie más especial,
la de los racimos y el uranio,
la de Bob
y Brando.
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